FAMILYNESS, CRECIENDO LENTO Y SEGURO
Hoy se cumplen dos años desde que Familyness se presentó en las redes, desde que nació esta web y se echaron a rodar ciclos informativos y talleres de coaching grupal para una maternidad especial y consciente.
Desde entonces hasta ahora, esta preciosa muchacha de la foto a la que abrazo, esta mini musa que fue la inspiración del proyecto, también ha crecido. Lento pero seguro.
A un ritmo único, distinto a la mayoría de personas de su edad.
La semana pasada cumplía 9 años, que han pasado en un suspiro, y aunque a penas sabe escribir, y empieza ahora a leer, aunque sumar dos más dos, es un reto para ella, aunque a diario me pregunta «qué puedo hacer ahora, mamá?», y la veo iniciar un bucle tras otro si no la cogemos de la mano y le mostramos un camino, para mi está haciendo hermosos progresos…
Me entreno cada día para ver lo que SÍ va bien en la vida de mi hija, para elegir mirar y aplaudir todos sus esfuerzos y pequeños logros.
Y esa manera de mirar, me ayuda también para la progresión de Familyness, que avanza, como mi hija, a su propio ritmo.
Siempre me he considerado una mujer de carrera. La gente que me conoce desde hace años me ha visto levantar empresas, conquistar nuevos mercados, crear eventos culturales y sociales, incluso en el extranjero, siempre fuerte y adelante, disfrutando en cada nueva página de mi vida laboral.
Pero en esta ocasión, por primera vez, mi carrera que además es pura vocación, debe hacerse compatible con una crianza exhaustiva.
La necesidad que tiene mi hija de acompañamiento, es intensa. Y pese a que quiera convencerme de que «puedo como antes», la realidad me muestra en ocasiones que no es así.
Y la vida profesional a veces se resiente, porque pese a todos los esfuerzos, cuando se es mujer y mamá NESS,
la vida familiar suele pasar por delante, como un bólido en la recta final de una carrera.
Cuando esto sucede, es fácil que acudan a la cita la frustración y el enfado y debajo suyo, siempre bien oculta, la tristeza.
A lo largo de los últimos meses, he acompañado a mujeres madres especiales en su proceso de toma de decisión para solicitar una reducción de jornada, a cambiar de trabajo para poder conciliar mejor…incluso a dejar el puesto que tenían por un tiempo indefinido.
Si has pasado por ahí, si has hecho este tipo de renuncias, sabrás que hay una voz interior insatisfecha que te reprocha el «no llegar», una especie de superwoman que pide MÁS de ti misma, como si lo que dieras no fuera nunca suficiente.
A su vez, quizás hayas notado una sensación de confusión y desgaste, que me gusta definir como «desnorte», porque es comos si la brújula que siempre hemos usado ya no nos sirviera, como si hubiéramos perdido el norte, nuestro punto de referencia….y ahora debiéramos inventarnos uno nuevo que nos guie a través de nuestra maternidad especial, uno que tenga en cuenta todas esas noches en las que el descanso no está presente, uno que contemple nuestro malestar y preocupaciones, los mails que escribimos, las llamadas que hacemos en nombre de los derechos de nuestrxs hijxs, los esfuerzos para la inclusión, las visitas a especialistas y hospitales, la burocracia, y el tiempo que dedicamos a intentar compensar nuestra ausencia o baja disponibilidad energética si tenemos otrxs hijxs…
El día a día como mamá NESS puede ser un pozo sin fondo, y lo peor es querer hacer «como antes» o «como mi amiga, mi prima o mi vecina», con hijxs neurotípicxs: querer sí o sí llegar a TO-DO es traicionarnos, porque significa darle la razón a una sociedad carente de políticas públicas y sociales que den sostén al «CUIDADO», porque significa sobreexigirnos, anularnos, desgastarnos.
Y puede significar también: abandonar a nuestrxs peques.
Así que a veces recurro a buscar apoyos yo misma, para procesar todo lo que se me mueve en esta maternidad inesperada, a veces, simplemente me dejo caer, un día, un rato, una temporada…el tiempo que preciso para poder descansar, reordenar, volver a levantarme.
Y en esos momentos de parón, le pido a la culpa que baje el volumen, que no interfiera en algo que, aunque no esté acostumbrada a hacer, necesito y es legítimo: LLEVAR LA ATENCIÓN HACIA MI MISMA.
Y ahí, acojo a mi niña interior, la que se sintió a su vez perdida y olvidada, y le pregunto qué le apetece, qué necesita. Y la saco a respirar un rato, o la dejo que se tumbe a mi lado, y la abrazo tan fuerte como puedo, para recordarle, recordarme, que merezco amor, que todo es perfecto como es y que LENTO, va de la mano de SEGURO, de CUIDADO, de PAULATINO, de GRADUAL, de SOSEGADO…y de llegar más lejos 🙂
Y me digo a mi misma:
«disfruta de cada etapa tal y como es, saboréala, sin añadirle dolor ni restarle alegría.
No te exijas tanto, no tienes que desmostrarle nada a nadie. «
Y sigo, sigo adelante, confiando en mi, en el potencial de Familyness, en que las ideas que deseo llevar a cabo ya van viendo la luz a su debido tiempo, inspirada por las mujeres que han confiado en mi para encontrar acompañamiento y guía y que ya se han podido beneficiar de todo lo que he ofrecido en los últimos años.
A lo largo de los últimos meses, he acompañado también a una mujer madre especial que regresaba a la vida laboral (y muy creativa!) a los 49 años!!!
Y me ha llenado de esperanza ver cómo cada momento vital es distinto, y lleno de posibilidades.
A ella, a vosotras todas: gracias, gracias, gracias!
Y a las que estáis por llegar, también os afradezco la confianza y os espero con los brazos abiertos 🙂
Caminamos junt@s, lento, seguro, felicitándonos por lo que florece en nosotr@s, respetando nuestros ritmos, …siempre adelante :-*
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