Tira de la cuerda

Hace unas semanas anunciaba que el próximo podcast sería una conversación con los fundadores de Gandaki Project, Sonia y Arnau, acerca de cómo educar desde la conciencia plena, cómo acompañar a nuetr@s hijos e hijas en su crecimiento de manera respetuosa con sus limitaciones y potencialidades, empezando por cuidarnos a nosotr@s mismos/as.

Empezamos a grabar el podcast y días más tarde, cuando todavía no lo habíamos terminado, la madre de Sonia, una mujer joven y muy fuerte, inició el viaje que no tiene retorno, después de un año de atravesar la enfermedad. Nadie lo podía creer, confiábamos que lo superaría como tantas otras pruebas en su vida, pero en esta ocasión su destino la llamó a otro lugar.

Su despedida ha sido para mi un canto a la vida, la celebración de la existencia, del amor.

He llorado mucho su pérdida, también me ha llenado mucho la manera en que su familia y ella misma han transitado este momento tan especial:

“Miré a la cara a la muerte y no tuve miedo, solo sentí felicidad y vi belleza, era un sentimiento de amor hacia la vida, hacia la gente y hacia las semillas que has plantado, porque todo eso te lo llevas en tu corazón, y queda en los corazones de los demás”

(M., abril de 2020, un mes antes de marchar)

Sus palabras me han inyectado ilusión por vivir cada uno de los momentos de que dispongo con presencia. Me han recordado que no debemos dar nada por sabido ni adquirido, que estamos de paso, y que mis circunstancias son mías: fáciles o difíciles, están en mi vida, sin víctimas ni verdugos, estoy viva y mientras este aquí, SIEMPRE puedo elegir cómo vivo mis días.

Y puesto que, por el momento, no hemos podido terminar el podcast sobre mindful parenting (crianza consciente)…

…he decidido hacer uno nuevo, al que he titulado…

Las prisas, las exigencias, la situación económica, la mochila que cargamos con las heridas mal curadas, la necesidad de control que sentimos, la falta de confianza, la contaminación acústica a la que nos hemos acostumbrado, la masificación de las urbes, la desconexión de la naturaleza, la incapacidad para el diálogo honesto (por que no se nos ha educado en la transparencia, somos nietos/as de la guerra), la sociedad individualista que encerrándose en las ciudades olvidó la necesidad de compartir y convivir, la importancia de algo tan superficial como es el dinero, la falta de autoconciencia, limitan nuestra experiencia como padres y madres.

Vamos apagando fuegos, tratando de mantener el equilibrio en una cuerda floja, que une la casa, l@s hij@s, el trabajo, el dinero, la pareja, …cuidamos como podemos de todo esto y, a menudo, cuidar de nuestra salud tanto física como mental, es un lujo que no nos podemos permitir.

O así lo vemos.

No hay tiempo, no hay dinero o no hay energía para eso. Ni siquiera conciencia de que lo necesitemos, existe a veces. Ni coraje para transitar un camino que nos es desconocido y en el que a duras penas nos queremos adentrar.

Sin embargo, cuando nos falta esa “salud”, especialmente la física, le vemos las orejas al lobo y nos asustamos, ya que nadie desea la enfermedad, ni mucho menos la muerte.

Pero cuando se trata de salud mental, entendiendo por ello un estado de ánimo que nos permita vivir nuestro día a día como capitanes de nuestro barco y no como simples pasajeros en una nave a la deriva, somos mucho menos conscientes.

Cuando nos falta esta “salud mental” o emocional, solemos seguir adelante con la rutina, el estrés, o el agotamiento que nos ha provocado ese malestar, porque tenemos la creencia ilusoria de que somos imprescindibles para los y las demás, porque «renunciar» cuesta.

Hasta que un día sientes que te estrellas, que vas contra el muro.

Y te ves gritándole a tu hij@. O algo peor…

Y después de ese día viene otro, y otro. Porque ese niño o niña NESS con el que convives, que depende de ti, no entiende que tú estás por encima de tus posibilidades, o completamente frustrad@. O que eres presa del miedo o de la ansiedad o del cansancio extremo y sostenido.

La condición de tu hij@ no te da tregua.

Y por momentos, lo único que sientes de su parte es agresión a tu persona, a tu necesidad legítima de descanso, de escucha, de tranquilidad. A tu deseo de no tener que ocuparte de sus necesidades especiales y desgastantes un día tras otro y también de noche.

En definitiva: sientes que querías ser padre, o madre, pero no así, no sosteniendo todo lo que sostienes y encima sintiéndote culpable por no hacerlo cómo deberías.

Y aquí me detengo. Tomo aire.

Vuelvo al inicio del texto y recojo las palabras de M.,

¿Qué quieres llevarte en el corazón cuando te marches a tu viaje definitivo?

Y, ¿qué recuerdo de su infancia quieres dejarle a tu hij@?

Si alguna vez has sentido que perdías el control delante de tu hij@ NESS, este podcast te hará pensar y espero que pueda ayudarte a tener mayor conciencia de ti mism@ y de cómo acompañar a tu peque desde otro lugar. Sin juicio, pero haciéndote responsable, como adult@ que eres, de cómo ejerces tu maternidad o paternidad.

Sí, en efecto es nuestra responsabilidad educar con conciencia, con respeto y confianza. El reto cuando se tiene un hij@ NESS es alto, pero no imposible si entiendes lo que llevas encima para gestionarlo conscientemente, si te cuidas para poder cuidar mejor.

Tira de la cuerda es un llamado a tu parte agresora-defensiva, a la que se activa cuando te sientes como una fiera acorralada, es un “no estás sol@”, una herramienta que puedes usar cuando te estás perdiendo y una oportunidad para tomar conciencia, es un abrazo a tu “ya no puedo más”, es un canto a la vida, al único momento que de verdad importa: ahora mismo.

No esperes a ser feliz mañana, respira conscientemente, siente el aire entrar y salir, y escucha el latido de tu corazón en este momento. Puedes poner la mano en tu pecho y notarlo. Y ya está, sin juicio, dejando que lo que acuda a tu mente vuele como los pájaros en el cielo.

Esta es la propuesta de hoy para centrar tu atención.

Tan simple, de veras que lo es, pero tan útil cuando sentimos que vamos cuesta abajo y sin frenos por la vida.

Y te invito también a dibujar una sonrisa en tus labios. Se nos olvida lo poderoso que es este gesto.


Ahora puedes tomarte algún tiempo para conectar aún más con tu momento presente, o seguir avanzando y escuchar el audio. Lo dejo en tus manos.

Deseo que disfrutes del contenido del podcast que dedico plenamente a la memoria amorosa de M., mamá de Sonia, y que tengas la amabilidad de compartirlo con aquellas personas a quien creas que puede interesar.

Un abrazo, gracias por escucharme y seguimos creciendo junt@s.

***

Agradecimientos:

Con la colaboración del compositor AJ Asiain.

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